La primera dificultad, su presentación. El desvelamiento desde el afuera de su misma naturaleza, de aquello que la constituye y la hace esencialmente inevitable y diferencia. La noche ultrajada en una pretensión de no revelar demasiado. Temor a enfriar, teorizar o describir una situación o estado. Un loco razonando su locura desde sus propios parámetros de reflexión. Esquema que duda en situarse en el mismo límite de la noche si pudiera conseguirlo. Parámetros que conforman un espacio y un tiempo inventado y problematizado desde un continuo interior lleno de agujeros. Y me posiciono en los agujeros, en todos, en ciertos puntos de miradas posibilitadas por mi propio esquema de comportamiento. Y la presento. Continuando con una serie de nocturnos que establecen sus parámetros y sus inventos de vidas, de actitudes personales conformando con todos sus datos encontrados y establecidos a modo de situación extrema. Y me acerco a ellos en un parentesco poco familiar. Y me asusta la misma búsqueda de noche. Diferentes traducciones que conectan lugares y espacios mediante el hueco suficiente de lo innombrable y cientos de veces titubeado y proclamado: la noche, lo desconocido, lo abierto, la muerte, el afuera…