Color con trasfondo contraste con tanto color contarte parece una complicada misión. Y me resigno a sus designios. Y me multiplico por dos, para poder atender todos sus menesteres sin eliminar cualquier elemento aparente y superficialmente importante. Ciertamente me parece que me canso. Me salen arrugas, me deterioro creciendo un mundo dentro. Y se desparrama cuidando de que no me vaya a romper. Y no me rompo sujeto a sus andamios. Surge una reacción de nuevos mundos para recorrer. Colecciono ciertos acompañantes obligando su existencia, por señales que interpretan que deben responder. Y aparecen a mi llamada y se confunden con el camino que andamos juntos. Lo definen, son el camino, soy yo. Y debo arrancar cada utensilio, cada paisaje, cada materia como quien se tira de su propio pelo. Hace cosquillas incómodas. Fuerzo la situación, que si no es así, permanece oculta tras cualquier elemento o circunstancia. Me ordeno no parar. Ocultar las arrugas tras escenas más o menos sofisticadas y candentes. Como es de esperar, invento además un escenario para cada ocasión. A veces es relativamente sencillo atravesar el decorado, pero no siempre. La superficie repele la intención de buceo. Es en esta doble situación en la que me estoy planteando por el momento la nocturnidad de este árbol de vida.