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Miscelánea

Ilustrando poesía (Alquimia de una búsqueda en un decálogo)

Introducción

Contar un cuento es saber guardar un secreto.
Dodecálogo de un cuentista. Del libro El último minuto
Andrés Neuman

Considero la tarea artística como la búsqueda de un secreto. Esta búsqueda conlleva un compromiso vital que me permite profundizar con una mayor intensidad y consciencia en mi propia existencia. Es un ejercicio personal y solitario en el que aspiro a acariciar mundos ignotos, transitar paisajes, dejarme seducir por personajes en una incongruente atracción al abismo.


En mi pintura, el proceso creativo comienza con un desorden previo de la superficie del cuadro, a través de una mancha inicial.  Esto me coloca en una situación única y diferente cada vez, dando comienzo a una aventura que nunca sé adónde me va a llevar. A través de la observación, planteo diversas posibilidades de actuación y voy escogiendo, estableciéndose así un recorrido hacia lo desconocido, hacia la diferencia.

En la ilustración de poesía, la referencia previa (el poema) establece ciertas premisas y limitaciones que favorecen la huida de lo conocido y estimulan la búsqueda y el aprendizaje. Esta nueva situación provoca nuevos posicionamientos en el punto de partida que obligan a modificar mi método de trabajo. La soledad es ahora compartida con el poeta.
La literatura resulta una gran compañera en mi proceso creativo, hasta el punto de que, en no pocas ocasiones, ciertas lecturas o autores han sido referentes directos en obras o en etapas concretas de mi trayectoria.

Acudiendo una vez más a la literatura y revisando a ciertos escritores que propusieron decálogos (o variaciones de este concepto) sobre cómo afrontar la tarea literaria (Ernest Hemingway, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Augusto Monterroso, Piedad Bonnett, Andrés Neuman, Gabriela Mistral…), se me ocurre proponer un decálogo personal sobre mi modo de ilustrar poesía.

Este decálogo no ha sido seguido de forma consciente, sino que es el resultado de un análisis posterior a la experiencia. Lo presento como reflexión alquímica porque, como si de una destilación en busca de la esencia se tratase, intenta resumir mi modo de desafiar la difícil tarea de la que hablamos. Sin olvidar la improbabilidad de alcanzar la codiciada piedra filosofal.

 

Ilustrando poesía
(Alquimia de una búsqueda en un decálogo)

 

1. La ilustración de poesía es un reto creativo, una aventura, un lugar donde perderse. Pero se me ofrecen lianas de las que agarrarme, y que puedo trenzar.

2. El poema es un escenario que me traga, me conmueve, me descoloca, me incita. Provoca una alteración en mí y en mi proceder. Debo dejarle hacer.

3. Necesito entender y empatizar con el poeta a través de su biografía y de sus obras. Indagar y aprehender. Absorber.

4. Busco coincidencias vitales con el autor, conexiones con su imaginario. Enredarme en sus sensaciones si trabaja desde la abstracción.

5. Tomo la referencia, huyo de la literalidad. El poeta me empuja hacia un abismo que me pertenece.

6. Anhelo la belleza. Me recreo en la experimentación técnica. El disfrute en la ejecución se traslada al placer en la visualización.

7. No sigo una línea estilística. Cada proyecto me regala una nueva imagen de mi propio yo.

8. Trabajo el detalle planteando una temporalidad en la lectura de la imagen. Organizo un paseo visual por sus diferentes elementos, cada uno de los cuales aporta un matiz al significado total.

9. No pienso en el espectador. El crítico más temido soy yo.

10. Horas y horas de amor y obsesión.

Y al igual que Onetti en su “Decálogo más uno, para escritores principiantes”, decido añadir un punto más al mío:

11. Este decálogo nace inestable, sustituible, alterable, se manifiesta inconstante. La búsqueda de la diferencia, el enigma, el impredecible y misterioso lugar de la creación… ha de ser irreverente.

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Ilustraciones del decálogo:

Contraportada del libro de poesía “Tempo transfigurado”. Cesáreo Sánchez Iglesias. Factoría K de libros. 2017.
Ilustración del poema “Qué pasa ó redor de min”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Ilustración del poema “Tecín soia a miña tea”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Ilustración del poema “Negra sonbra”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Ilustración del poema “Maio longo”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Ilustración del poema “Unha rosa de cen follas”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Portada del libro de poesía “Tempo transfigurado”. Cesáreo Sánchez Iglesias. Factoría K de libros. 2017.
Ilustración del poema “El herido”. Miguel Hernández. 25 Poemas ilustrados. Kalandraka. 2010.
Ilustración del poema “Tal como as nubes que impele o vento”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.
Ilustración del poema “Unha vez tiven un cravo”. Rosalía de Castro. Escolma poética. Factoría K de libros. 2008.